El término inflación, en economía, se refiere al aumento de precios de bienes y servicios en un periodo de tiempo. Otra forma de definirlo es como la disminución del valor del dinero respecto a la cantidad de bienes o servicios que se pueden comprar con dicho dinero. Es decir, si tenemos un servicio, como puede ser ir en autobús de Madrid a Barcelona, y el precio de este servicio aumenta con el tiempo, tenemos inflación. También podría verse como que el valor del dinero ha menguado, debido a que para un mismo servicio, hay que pagar más dinero.
Desde luego la inflación es un aspecto muy importante de la economía, ya que algunos de los desastres económicos más importantes que ha habido en el mundo se debieron a una descontrolada inflación (también llamada hiperinflación). Por ejemplo, en Alemania en los años 20 hubo temporadas de hiperinflación, y los precios subían tan rápido que lo primero que hacía la gente al cobrar el sueldo era comprar comida para el resto del mes, puesto que si se guardaban el dinero, en unos días no servía para nada. Esto genera muchos problemas no sólo para la gente, sino también para las empresas, que no tienen un marco estable para prosperar y acaban desapareciendo, con el incremento del desempleo.
Lo ideal es que los precios aumenten un poco (muchos bancos centrales fijan el objetivo de la inflación en 2%), pero una disminución de precios, llamada deflación, tampoco es buena para la economía, ya que se entra en una espiral peligrosa: como los bienes y servicios bajan de precio, lo lógico es retrasar las compras y las inversiones (mañana será más barato), las empresas no ganan dinero y desaparecen, generando desempleo.
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